jueves, 18 de noviembre de 2010

El alma también sangra

Es curioso, algunas personas piensan que el alma no sangra. Pocos se dan cuenta que eso que llaman lágrimas, no es otra cosa que la sangre de su espíritu.

Al fluir, el llanto viene acompañado del mismo calor que tienen las heridas abiertas y sin duda, arrastran el mismo dolor.

Las lágrimas no dejan costra, dirán. ¿Recuerdan la última vez que lloraron? Seguramente quedaron en su piel rastros de sal, amargos como la pena que provocó que lloraran en primera instancia.

El alma también sangra, no es una novedad. En éste punto, la pregunta que me hago es si acaso cicatriza también.

martes, 16 de noviembre de 2010

Simple, como té con miel

Muchas personas están convencidas de que es necesario complicar las cosas; tratan de parecer más inteligentes, talentosos, etc., no se dan cuenta que en su afán de destacar, pierden la esencia, que es lo único verdaderamente importante.

Es preferible dejar una hoja en blanco que llenarla de símbolos que carecen de sentido; es mejor no plagar de elementos un bosque, que en sí mismo, es hermoso; más vale hablar coloquialmente, en vez de usar palabras rebuscadas que juntas, no quieren decir gran cosa; ¿para qué llenar una composición de instrumentos musicales, si juntos no producen música, sino ruido?

Las personas que tienden a hacer estas cosas, no son capaces de ver la belleza en lo más simple. Ahí es donde se encuentra lo que en verdad importa: la esencia. Prefiero beber de una taza sencilla té verde endulzado con miel, que pagar una millonada por "lo mismo" con un sabor que deja mucho que desear.