sábado, 9 de noviembre de 2013

Rarezas.

Quisiera poder entender a la gente, de verdad. Si tan sólo fuera un poco más como todos y menos como yo, quizás lo lograría. Pero eso es imposible. Eso significaría dejar de ser quien soy y al final de cuentas, soy lo único que tengo.

Temo que este se ha vuelto un discurso común en estos días, pero para mí siempre ha sido así y si aquellos que dicen eso supieran lo que es ser como soy, no querrían ser así. Simple y sencillamente, tratarían de ser como todos los demás, porque ser como soy, duele.

Si fuera un personaje literario o cinematográfico, sería muy interesante, claro. Todos quedan fascinados con los personajes extraños, antisociales, estrambóticos, cínicos e inadaptados. Pero en la vida real, la gente rechaza a quienes somos así.

No es que haya algún problema conmigo, sólo soy diferente a como es la mayoría de las personas. Me cuesta comunicarme con otras personas, verlas a los ojos y comprender lo que quieren decir. Siempre he sido igual.

Lo curioso es que cuando era pequeña, no era consciente de ello. Fui notando que no era como todos en mi adolescencia, cuando fue más claro el rechazo hacia mí. Antes de eso, creía ser normal.

En algún momento, me pregunté qué era normal realmente. Entonces encontré la definición: normal es lo que la mayoría de la gente hace, dice o piensa. Cuando supe qué era "normal" comprendí que en realidad nunca quisiera ser normal.

Si ser rara significa ser única, me gusta ser rara.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Tormenta eléctrica.

Miro hacia el cielo y veo los rayos, no escucho los truenos como tales, pero los miedos hacen eco en mi cabeza. ¿Será que en mi desesperación mi mente traduce los ruidos de los truenos para mí, transformándolos en algo que me asuste más que esos estruendos? Eso parece. Así lo percibo. Siento los rayos atravesando mi cabeza y partiéndome hasta los pies. Quebrándome por dentro. Soy un montón de escombros andante.

jueves, 31 de octubre de 2013

¿Cuál era la palabra?

Cada vez que me pongo nerviosa, no soy capaz de reconocer la palabra que estoy buscando. ¿De qué sirve un intento de escritora que no puede recordar el uso correcto de las palabras? Olvido desde los adjetivos hasta cómo conjugar los verbos adecuadamente. Eso sin mencionar el tartamudeo y el no poder modular mi voz. Hablo tan bajo que sólo yo me escucho.

Necesito recordar qué es lo que quiero decir, pero justo en el momento en el que voy a expresarlo, no logro hacerlo como desearía. Si tan sólo pudiera hacerlo así de sencillo con tanta fluidez como en mi mente. Sigo preguntándome cuál era la palabra que buscaba.

sábado, 12 de octubre de 2013

¿Por qué escribo fantasía?

He estado pensando sobre todo lo que me rodea, como es usual. También sobre mí y cómo reacciono a las cosas que me pasan. Bien, pues me pasó algo curioso, estaba buscando información sobre un libro de Alberto Chimal que me llama la atención, pero en lugar de eso me topé con una mordaz crítica hacia el autor mismo, no tanto hacia la obra.

Debo decir que estoy muy familiarizada con el trabajo de Chimal y me gusta mucho. Es la clase de cosas que me gusta leer. Por supuesto, es también lo que me gusta escribir. Puede que lo sepan o no, pero invierto mucho tiempo en escribir historias, sobre todo del tipo fantástico. Nunca he sido publicada, pero no estoy preocupada por ello. Es más, no me importa si nunca llego a ser publicada en papel siempre y cuando logre ser mejor cada vez. Pero me estoy desviando...

Cuando leí la crítica, lo primero que noté fue que el crítico se concentró más en decir por qué no le gusta lo fantástico y la ciencia ficción. Razón por la cual, claro, no le gusta la obra de Chimal. Ya que estaba diciendo por qué no le gusta él, de paso criticó a varios otros escritores cuyas obras me parecen increíbles y fascinantes. Entre ellos Lovecraft, por ejemplo.

De primera instancia me sentí aludida cuando el autor de la crítica dijo que los escritores que se dedican a lo fantástico, no son sino unos inmaduros. Parafraseándolo, dijo algo así como que los escritores debían de experimentar la literatura como tal y no decantarse por un género. La idea me quedó rebotando en la cabeza. Aún ahora hace eco en mí.

Entonces me dediqué a hacer un repaso mental por los escritores cuyos nombres han quedado grabados en la historia y que han influenciado al mundo más allá de las páginas de sus libros. Pasé por Poe, Dickens, Lewis Carroll, C. S. Lewis y después de mucho pensar, llegué a él. Ni más ni menos que El Bardo Inmortal. El mismísimo Shakespeare.

Porque, con esa crítica, está llamándolos a todos ellos unos infantiles e inmaduros, ¿no? Bueno, pues Poe hizo muchas cosas fantásticas y obscuras; Dickens con su Canción de Navidad habló de fantasmas e imágenes del pasado y del futuro que se apoderaban del entorno; Lewis Carroll es el autor de las historias sobre Alicia, en el país de las maravillas y en el mundo a través del espejo; C. S. Lewis creó el mundo de Narnia, creo que no hace falta explicar mucho;  y Shakespeare habló de brujas, fantasmas y hadas.

Me parece que lo que se le olvida al señor crítico, es que la gente necesita imaginar. Además, otra cosa que se le olvida es que la literatura fantástica, suele ser una colección de metáforas sobre la vida real. Recuerdo que yo aprendí sobre valores, virtudes, defectos y sobre la naturaleza humana a través de historias fantásticas.

En algún punto me pregunté por qué comencé a escribir historias fantásticas. Así que busqué entre mis escritos antiguos, cuando escribía sobre mí propiamente. Bueno, recordé por qué comencé a escribir cosas fantásticas. Contrario a lo que dice el crítico, no es porque sea infantil o inmadura. Es que de ninguna otra forma soy capaz de ver los colores del mundo y de encontrar la esperanza dentro de mí.

Necesito creer que hay algo bueno en el mundo y necesito encontrar la esperanza que vive dentro de mí. Lo primero me da una razón para seguir viviendo, lo segundo, me anima a hacerlo, es como un motor que me impulsa a seguir adelante.

Leyendo las cosas que escribía sobre mi vida cotidiana, todo parecía demasiado gris. Escribo fantasía, porque aunque tengo una visión tan obscura sobre el mundo real, me gusta creer que existe en él algo increíble que me sorprenderá. Como cuando veo a una persona ayudando a otra, puedo creer que hay algo bueno en este mundo, que quizás no esté tan podrido. Pero la mayoría de la gente es muy indiferente ante el sufrimiento ajeno o peor aún, hay quienes no son indiferentes, pero se creen con derecho de decirle a la gente cómo vivir.

Me pasó que cuando iba por la calle, vi una escena bastante peculiar. Una mujer sentada en la banqueta, no llevaba zapatos y estaba desarreglada, se notaba que ya habían pasado días desde que estaba en la calle. Otra mujer se le acercó y le dijo que no tenía por qué estar así, que se pusiera a trabajar y una larga lista de etcéteras. O sea, perdón, ¿con qué derecho le dice que es lo que tiene o no que hacer con su vida? Creo que por alguna razón, ella estaba así y la otra no tenía por qué dar por sentado que sabía lo que le pasaba. Su intención era buena, pero no tenía por qué decirle cómo vivir su vida y afrontar sus dificultades. Para cada persona es diferente, me parece.

Como sea... me dedico a escribir fantasía, porque necesito creer que no todo es malo. Me gusta soñar con cosas increíbles que, aunque no puedan pasar en la vida real, al menos funcionan como un bálsamo para que vivir no duela tanto. Además, ¿cuál es el punto de escribir algo sobre la vida real? A mí me parece que la imaginación debería ser utilizada para crear cosas que nos alejen de la realidad por un momento al menos. Muchos necesitamos una especie de válvula de escape. Para mí, es escribir y leer cosas fantásticas.

martes, 28 de mayo de 2013

Amar y dañar.

Viendo la televisión, ví el video Try de P!nk. ¿Ya lo han visto? Supongo que sí, hace mucho que salió. Sin embargo, hasta hace poco se cruzó en mi camino. Puede que muchos se queden en la superficie; una coreografía de ella con un modelo, polvos de colores como los que se usan en la India en el festival del color. Pero no, hay un mensaje bastante claro si se le presta atención: se aman y se dañan al mismo tiempo.

En primera instancia, podría parecer muy retorcido y de hecho lo es. Aunque podemos reconocer que sí hay relaciones así y son muchas, por desgracia. Lo que es más, hay un concepto muy extendido de que si amas a alguien, debes joderlo. ¿Suena raro? No lo es tanto.

Es común que en las telenovelas quienes se vuelven villanos, lo hacen "por amor". Y también es muy común que la gente tome a esos personajes, que no son sino exageraciones de lo peor y lo mejor de la naturaleza humana, como ejemplos de vida.

Nunca falta la villana que está obsesionada con el protagonista masculino. Ya saben, la mujer que ve al chico guapo, bueno y con dinero, como el amor de su vida. Lo que es más, muchas veces son sus padres quienes le dicen a ésta mujer que él debe ser suyo. Todos juntos tratan de manipular las cosas para que el protagonista se quede con la villana y nulificar a la protagonista femenina.

Muchas veces esa obsesión comienza con que el chico trata de darle una oportunidad, sale con ella o sostienen un noviazgo. Pero las cosas cambian, él cambia, ella cambia, ¿qué sé yo? El punto es que él ya no está interesado en ella como antes. Puede incluso darse el caso de que él sea bastante claro y honesto sobre lo que pasa en su vida. Aún así, ella no está dispuesta a aceptarlo. Ahí comienza la batalla campal y el hacer sufrir a la protagonista a todo lo que da.

Tampoco falta el villano que encuentra adorable a la protagonista femenina y la quiere para él; no porque la ame, sino porque la ve como un premio hermoso que desea poseer. Tiene este concepto machista de que pueden ser dueño de la mujer que se le antoje.

Así que se las ingenia para tratar de convencer u obligar a la protagonista para quedarse con él y deshacerse del protagonista masculino. Metiéndolo a la cárcel o tratando de matarlo, inventándole romances o hijos con otras mujeres.

Quienes adoran éstas historias intensas y poco realistas, suelen tratan de imitar lo que ven. Tal vez no llegando a grados tan extremos como tratar de asesinar a sus rivales de amores, pero sí que les hacen la vida imposible. Pero no se dan cuenta que al hacer eso también están perjudicando a quien, supuestamente, aman. "Tú vas a ser de mi propiedad así te guste o no". ¿Eso es lo que consideran amor?

Amar y dañar, no es amar realmente. Si en serio amas a alguien, buscas lo mejor para esa persona. El egoísmo no tiene cabida en el amor real. Y si en serio te amas a ti mismo, no permites que otra persona te dañe, sin importar de quién se trate. Aunque creas amar a esa persona. Hay que comprender que si alguien te ama, tampoco te querrá dañar.

Esas ideas erróneas de que tener celos es demostrar amor, sumadas con la imitación de los patrones destructivos, dan como resultado una sociedad enferma. ¿Tanto así? Sí, tanto así. Porque esas cosas que parecen pequeñas, tienen repercusiones muy grandes.