miércoles, 29 de agosto de 2012

Vacíos

Tratar de llenar un vacío cavando más profundamente, no es una solución. Hacer agujeros y usar esa tierra para tapar otros, tampoco es una solución.

Sentir vacíos dentro de nosotros, no justifica que esperemos que otra persona nos dé lo que necesitamos, siendo que nosotros mismos, no sabemos qué es.

Cuando una persona se siente vacía, no importa cuántas cosas pueda darle otra, nunca se sentirá satisfecha. Es lógico, si una persona no puede ver nada que valga la pena en el espejo, no importando qué le den y aunque tenga todo el dinero del mundo, nunca lo verá.

Ese algo que falta dentro de uno mismo, no lo puede sustituir nada que esté afuera. Debemos encontrarnos a nosotros mismos para saber qué pieza no está en su lugar o no existe... todavía.

Es posible encontrar ese algo que no tenemos o construirlo con el tiempo. Pero primero, debemos arriesgarnos a rompernos.

¿Tanto así como romper? Sí. No se puede construir una casa sobre cimientos antiguos. Hay que destruirla ladrillo por ladrillo. Ya teniendo un terreno plano, podemos recomenzar.

La vida se trata de evolucionar y cambiar constantemente. Hay que estar un paso adelante, porque si no lo hacemos, la vida misma nos dará un vuelco y entonces sí que dolerá.

Cuando las cosas ya no funcionen, hay que buscar algo diferente. Y si ese algo no existe, inventarlo.

También hay que mantener muy en cuenta que si nos sentimos vacíos, es porque algo no está bien, en cuyo caso, es momento de cambiar. Por dentro o de dirección, tal vez ambas. Arriesgarnos a soltarlo todo aunque nos dé miedo quedarnos sin nada.

Pero si teniéndolo todo, nos sentimos vacíos, ¿cuál es el fin de retenerlo de todas formas? Quizás no cargar nada es justo lo que nos hace falta para no sentirnos vacíos. Por irónico que eso parezca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario